Debido al rechazo en alimentos transgénicos en Europa, las empresas van con todo en América del Sur.
Tal parece que en Europa, los alimentos transgénicos no tienen aceptación por parte de los consumidores, al menos, así queda demostrado con lo ocurrido con BASF.
Ecologistas del viejo continente, luchando contra las empresas desarrolladoras de transgénicos, quizás han tenido su mayor victoria en los últimos años al hacer que la empresa anunciara su “remodelación” del mercado.
Desde BASF, se anunció que debido a la falta de aceptación en varios lugares de Europa, por parte de agricultores, consumidores y políticos, no seguirán invirtiendo en esta tecnología (con esto, quizás más que una “remodelación”, pasa a ser más el reconocer la derrota en el viejo continente)
Pero, mientras cambian su estrategia en un continente, en otro como América del Sur, van con todo, enfatizando desde la compañía que en Sudamérica existen atractivos mercados para la biotecnología vegetal.
Cabe señalar que antes esta situación, BASF, trabaja junto a Monsanto en como ser los dominadores absolutos de las semillas de: maíz, canola, papa, arroz, trigo, soja y algodón; y aunque, la Organización Mundial de la Salud señaló que el consumo de transgénicos cayó del 61% al 23% y los europeos se niegan a comerlos, en Sudamérica no ocurre lo mismo, y la palabra transgénicos, se esconde bajo el proteccionismo estatal relacionado a la producción y exportación.