La ONU, mediante su organización de comercio de fauna salvaje, le negó a Zambia y Tanzania un permiso para vender marfil, argumentando que con ello se provocaría un alza en la caza furtiva de elefantes.
La ONU, mediante su organización de comercio de fauna salvaje, le negó a Zambia y Tanzania un permiso para vender marfil, argumentando que con ello se provocaría un alza en la caza furtiva de elefantes.