Como si no fuera poco con la caza de animales, ahora las fiestas rave se trasladan a zoológicos donde, entre la efervescencia del momento y otras cosas, los más inofensivos fueron las víctimas de la locura de personas sin escrúpulos y sus excentricidades.
En noviembre pasado, en Suiza, ravers dosificaron a los delfines, con una dosis letal, así reveló la autopsia que entregó el Instituto de St. Gallen, encontrando rastros de Buprenorfina, un sustituto de la heroína, en la orina de los animales.
El zoológico de Connyland en Lipperswil, fue el lugar donde se realizó la fiesta electrónica, causando la muerte de los delfines Shadow y Chelmers.
Se barajaban ideas como que el nivel de los decíbeles pudo haber sido la causante de la muerte de los mamíferos, ya que los delfines son animales muy sensibles al sonido; posteriormente se pensó que los veterinarios del zoológico habían sido los causantes de la intoxicación; pero el último examen forense reveló la cruda realidad de gente que con el desenfreno y no al 100% de su lucidez, dio muerte a los 2 inocentes cetáceos.
Expertos, aseguran que la administración de opiáceos en delfines, es especialmente peligrosa, ya que podría desactivar la parte del cerebro que mantiene de manera conciente y activa el respirar de estos animales.