La ONG Survival Internacional, recientemente ha anunciado con motivo del Día Internacional de los Pueblos Indígenas que “la construcción de represas hidroeléctricas para la obtención de energía verde tiene un coste oculto en las comunidades de Asia, África y América.
El estudio se centra en el “impacto devastador que el espectacular boom que vive la construcción de presas hidroeléctricas tiene sobre estos grupos” y ha advertido de que “sólo el Banco Mundial destinará once mil millones de dólares a la construcción de 211 proyectos de este tipo en todo el mundo”.
En concreto, se ha referido a los indígenas amazónicos ‘enawene nawe’, quienes “se han enterado de que las autoridades brasileñas proyectan construir 29 presas en sus ríos”, algo que provocará que “a lo largo y ancho de la Amazonia, los territorios de cinco pueblos indígenas no contactados se vean afectados”.
Por ello, cientos de indígenas brasileños se reunirán esta semana para mostrar su oposición a la polémica presa de ‘Belo Monte’, que amenaza el territorio de varios pueblos indígenas y sus vitales fuentes de alimentos.
Por su parte, el pueblo indígena ‘penan de Sarawak’, en Malasia, se enfrenta a ser expulsado de sus tierras para dejar paso a una presa, mientras que otros pueblos indígenas de Etiopía podrían verse forzados a depender de la ayuda alimentaria si no se paraliza la construcción de una presa en el río Omo. Un hombre del pueblo africano ‘kwegu’ afirmó: “Nuestra tierra se ha estropeado, cercaron el agua y ahora pasamos hambre. Abran la presa y dejen que fluya el agua”.