Si eres una de las víctimas constantes de las picaduras de mosquitos. ¿Tienes picazones en la noche, en el día, en cualquier momento? No puedes dejar de leer esta nota. ¿Todo por culpa de unos pequeños insectos? ¿Podrías creer que la respiración se relaciona con este hecho? Sí, es cierto, sucede que en función del dióxido de carbono (CO2), que se emite diariamente, ellos eligen y pican. Por lo que, desde ahora dejarás de creer en el mito popular de la “dulzura” de la sangre.
¿Cómo lo hacen? Los mosquitos descubren la “sangre fresca” para chupar a través de una corriente con pulsos de CO2, que es mayor en los adultos que en niños, lo cual hace que la cantidad de éste sea variable, según el estilo de vida de las personas. En una persona que hace deporte, es más probable que sea picada que una que no. Pues la sudoración está ligada a este fenómeno.
Al respirar emitimos un ácido láctico que atrae a los mosquitos. Las personas más altas y las mujeres embarazadas emiten más ácido láctico y CO2, por lo que son “blancos” perfectos de los mosquitos.