El calentamiento en la zona, hace que los procesos de erosión se esten acelerando, con cerca de 70.000 hectáreas de masa forestal menos cada año, lo que provoca que los ecosistemas naturales pierdan su capacidad de generar agua.
El agua es un elemento vital para la vida de las personas, por lo que sin acceso garantizado al sistema básico de saneamiento, el derecho más básico de todo ser humano, se vería afectado. Hoy en día, existen 800 millones de habitantes sin acceso a agua potable y un 40% no cuenta con sistemas básicos de saneamiento.
En Nicaragua, un proyecto busca aplicar una gestión sostenible de los recursos hídricos en varias comunidades rurales. Además de ayudar a hacer efectivo el derecho al agua.
Con la ayuda de la Fundación Biodiversidad se va a trabajar con los Comités de Agua Potable, responsables de la gestión de los recursos hídricos en las zonas rurales para integrar la sostenibilidad en la región. Por lo que, no sólo se trata de obtener y canalizar agua potable. También se trabajará en sistemas de aguas residuales, de manera sostenible, sin sobreexplotar los recursos.
Con todo esto, una publicación recogerá los resultados para que otras ONG’s conviertan esta experiencia local en un modelo global, además de una serie de buenas prácticas como modelo en el resto de Nicaragua y otros países afectados por el tema.