Cerca del 12 por ciento de las mariposas Lycaenidae, expuestas a la radiactividad durante la catástrofe nuclear provocada por el tsunami de 2011 en Japón, sufrieron notorias mutaciones.
Las anomalías se registran sobre todo en alas menores y malformación en los ojos, según indicaron científicos japoneses.
Mariposas capturadas en los alrededores de la central de Fukushima Daiichi –sólo dos meses después del deastre- fueron llevadas a un laboratorio con fines de reproducción. ¿El resultado?: un 18% de la generación siguiente manifiesta problemas semejantes.
El porcentaje se incrementa a un 34%, para la tercera generación, pese a que los investigadores usaron mariposas sanas de otra región para reproducirlas con las mariposas de Fukushima.
Seis meses después de la catástrofe, un nuevo grupo de mariposas fue capturado en las cercanías Fukushima: la tasa de anomalía llegó a un 52%.
http://youtu.be/KFL5Va3R-ps