A lo largo de ese tiempo se ha contribuido a aumentar la tasa reproductiva de aves como el emblemático quetzal de cola larga de Centroamérica, en peligro de extinción, así como de otras especies como las grullas africanas y las asiáticas.
El parque ecológico, de 80.000 metros cuadrados, está ubicado en el municipio de Ixtapaluca, en el central estado de México, cuenta con cinco micro-ecosistemas -desierto, pastizal, selva, humedal y bosque- y acoge a 320 especies de los cinco continentes.
Este santuario, reconocido internacionalmente por ser uno de los primeros en lograr con éxito la reproducción de especies amenazadas, ha sido galardonado por el Fondo Mundial para la Vida Silvestre y las Naciones Unidas, que le otorgaron en 1993 el premio Global 500.
Una de las peculiaridades del lugar es que los visitantes no sólo tienen la oportunidad de encontrar a su paso aves de todos los tamaños, sino también de entrar a las enormes jaulas que acogen a decenas de especies como águilas, halcones, búhos, periquitos, cacatúas, guacamayos, tucanes, faisanes argus o quetzales.
Aves ancestrales como las Casuarius, originarias de Nueva Guinea y Australia y consideradas de las especies más antiguas del planeta, águilas arpias que con sus alas extendidas alcanzan una longitud de dos metros, así como amigables flamencos rosas, cisnes y cigüeñas carnívoras son presentadas en un área acondicionada que intenta recrear el hábitat del que proceden.
Fuente: EFE