“Tenemos la impresión de que ya no soportan verse”, comenta con tristeza Helga Happ, directora del zoológico austriaco de Klagenfurt, respecto del matrimonio más antiguo del reino animal: las tortugas gigantes Poldi y Bibi, que dieron por terminada su relación de 115 años.
La hembra fue la que dio los primeros indicios de la ruptura. Los cuidadores se dieron cuenta de que ya no podían convivir cuando Bibi atacó a su compañero, mordiéndole parte del caparazón. Cuando los ataques continuaron, Poldi fue trasladado a otra jaula.
“Contamos con personal que está tratando de involucrarlos, y esperamos que puedan encontrar su armonía de nuevo”, dijo Happ, quien agregó que es “muy raro” que los animales se separen, después de estar tanto tiempo juntos.
Para que sigan juntas, las autoridades del zoo probaron incluso con comida afrodisíaca y propiciando juegos entre ellas, pero hasta ahora sus esfuerzos en reconciliar a la pareja han fallado. Bibi y Pold han vivido en el zoológico en Klagenfurt por 36 años, después de mudarse juntas desde el zoológico de Basilea, en Suiza.