El estudio, realizado en la reserva de la Biosfera Cabo de Hornos, constató que las pequeñas aves más longevas pueden vivir más de ocho años. Los hallazgos podrían servir en el futuro para combatir el envejecimiento en humanos, proyectó uno de los investigadores durante el Congreso Chileno de Ornitología, organizado por la U. Andrés Bello y la Unión de Ornitólogos de Chile.
El bosque más austral del mundo se ubica en el Parque Etnobotánico Omora, inserto en la reserva de Biosfera Cabo de Hornos, una de las 24 áreas silvestres más prístinas del mundo, según la Unesco.
Para saber la longevidad de las aves que habitan este hábitat, los científicos usaron datos recopilados de un estudio de monitoreo de aves entre enero de 2000 y agosto de 2011 en el Parque Omora, en el cual, mediante redes capturan mensualmente las aves, que luego son identificadas con anillos numerados en sus patas y posteriormente liberadas para su seguimiento.
El trabajo arrojó que la especie más longeva que habita este hábitat es el Fio-fio (Elaenia albiceps), cuya edad máxima registrada fue de 8,2 años. Esta, además, es un ave migratoria que se reproduce en el sur de Chile y todos los años vuela miles de kilómetros para invernar en los bosques tropicales. Los investigadores también están estudiando las migraciones mediante pequeños computadores que estas aves trasportan. En segundo lugar de longevidad se ubicaron el cometocino patagónico (Phrygilus patagonicus) y el rayadito (Aphrastura spinicauda) con 6,2 años y luego el zorzal (Turdus falcklandii) con 6 años.
Se trata de especies pequeñas, que fluctúan entre los 12 y 16 cm, a excepción del zorzal que alcanza los 26 cm de largo. Son organismos con un metabolismo rápido, alta temperatura corporal y altas concentraciones de glucosa sanguínea.
“Todos estos factores que producen procesos degenerativos y mal funcionamiento celular que llevan al envejecimiento del organismo”, explica Jaime Jiménez. Pese a esto, las aves investigadas viven tres veces más que mamíferos del mismo tamaño.
El estudio de la edad y los mecanismos fisiológicos de las aves australes podría ser de utilidad para potenciales aplicaciones a la salud humana en el futuro, si se logra identificar y explicar los mecanismos que hacen que estas aves no envejezcan de manera acelerada o prematura.