Conscientes de los problemas que se han generado por los cambios clímaticos y el calentamiento global que ha generado el hombre las empresas han querido devolverle la mano a nuestro planeta que tanto nos ha dado.
La reducción de huella de carbono es un tema que está comenzando a interesar a muchos en el mundo. Actualmente en Europa hay compañías dedicadas a sacar la cuenta de la cantidad de gases invernadero entre otros contaminantes ,que emite cada persona en nuestro planeta. A partir de esta información cada uno puede tomar acciones para reducir la contaminación que cada cual emana.
La huella de carbono es la totalidad de gases de efecto invernadero emitidos por efecto directo o indirecto de un individuo, organización, evento o producto, según UK Carbon Trust. La medición de la huella de carbono actualmente tiene un costo de entre 200 y 400 UF. En el caso chileno, las empresas al producir, refrigerar o transportar sus productos, contaminan y aumentan su huella de carbono, disminuyendo la competitividad con otros productos internacionales. Esto es porque en países más desarrollado como Francia se hacen estudios de los productos que son importados al país dando cuenta del nivel de contaminación que produjeron al ser desarrollados. Así le agregan diferentes impuestos si son más contaminantes.
La idea de esta medición es que las empresas verifiquen su huella de carbono y compensen la contaminación que producen con la compra de bonos de carbono, así se neutralizan la emisión de contaminantes. Es como cuando se plantan árboles para equiparar la cantidad de oxigeno que se ocupa en la ciudad.
Se espera que durante este año lleguen a nuestro país productos que contaminarán menos. Ya son bastante conocidos a nivel internacional los autos ecológicos. Este es un paso que lleva a neutralizar un poco la contaminación producida por los seres humanos. La idea es que cada vez que se quiera comprar un bono de carbono se sepa a donde va el dinero entregado. Cada bono de carbono cuesta alrededor de 12 dólares y equivale a una tonelada de CO2 producido, es decir, se hace un estudio de la huella de carbono y por cada tonelada de CO2 emanada de este proceso, persona o empresa hay que abonar 12 dólares para compensarlo. Pero primero que nada hay que informarse sobre que país es el que está llevando a cabo el proyecto y a que bolsa va a ir a parar el dinero invertido.
En Santiago se puede ver un ejemplo de compra de bonos de carbono. La municipalidad de Vitacura compró en China y Rusia bonos, los cuales pueden ser adquiridos para neutralizar los automóviles. La gente que hizo este trámite pagó cerca de 20 mil pesos por neutralizar su automóvil de emisión de gases contaminantes.
La medición de la huella de carbono no tiene una unidad de medida estándar. Existen tres estándares que son validados a nivel internacional. El GHG Protocol, PAS 2050 (que probablemente se convertirá en el estándar europeo) e ISO 14067. El mercado de compra de bonos de carbono por otro lado tiene ventas reguladas y otras libres. Las reguladas son regidas por el protocolo de Kyoto.
El Protocolo de Kyoto es un acuerdo al que se llegó en 1997 entre los países industrializados para bajar las emisiones de gas invernadero entre los años 2008 y 2012. Hay 166 países que se han comprometido con esta causa.