Hoy en día, las hormigas se encuentran en todo el planeta, excepto Islandia y la Antártida.
Un grupo de investigadores, liderados por Nate Sander junto sus colegas Katie Stuble y Shannon Pelini, empezaron estudios en las colonias de hormigas, encontrando que estas alteran radicalmente su comportamiento ante el aumento en medio grado de la temperatura.
En las investigaciones, gracias a los fondos de la Fundación Nacional de Ciencia de Estados Unidos, pudieron observar que en promedio, las hormigas buscan alimento cerca de 10 horas al día en temperaturas normales. En el momento, en que la temperatura fue elevada medio grado, las hormigas se quedaron en sus nidos subterráneos y sólo salieron a alimentarse durante una hora.
Las hormigas son cruciales para la supervivencia de las plantas por la dispersión de sus semillas. Esta función vital podría estar amenazada por el cambio climático, asegura el investigador Nate Sanders.
Es por esto mismo, que si las hormigas dejan de contribuir a la dispersión de semillas y al reciclaje de nutrientes, podría traer implicaciones profundas para la biodiversidad.
Hasta el momento y con estos resultados, los investigadores continuarán recogiendo datos hasta el año 2015, por lo que esperan dar más información sobre los efectos del cambio climático en la biodiversidad y los ecosistemas.