Descubriendo un punto en la anatomía de los tiburones, el buzo sudafricano Andre Hartman, los hipnotiza con un solo toque dejando a estos animales marinos en trance.
Andre Hartman, de origen sudafricano y buzo de profesión, descubrió que el hocico del tiburón, es una zona extremadamente sensible en la anatomía del animal. Este descubrimiento lo realizó luego de haber sido atacado por uno de ellos.
“Al tocar el hocico del animal marino, este parece adentrarse a un estado placentero y confuso a la vez y pareciendo peces inofensivos”, señala el experimentado buzo.
Una situación similar viven los tiburones a veces al momento de aparearse y conociéndose este estado como “inmovilidad tónica”.