Dos activistas y miembros de la organización ecologista Greenpeace fueron detenidos, tras robar carne de ballena en Japón para demostrar caza indiscriminada.
Junichi Sato y Toru Suzuki han sido condenados por un tribunal nipón a tres años de libertad condicional por el delito mencionado. A través de esto, intentaban mostrar pruebas fehacientes sobre la caza indiscriminada de los cetáceos.
Una vocera de la organización ambiental señala que posiblemente la Justicia “está acortando los derechos de la sociedad y de las personas a denunciar los escándalos que están afectando a la naturaleza y en este caso a las ballenas”.
Por otro lado, ha declarado que la sentencia también es positiva porque dos compañeros “no irán a la cárcel por haber denunciado el escándalo de corrupción existente con la carne de ballena por parte de Japón”. También ha añadido que los ecologistas irán a la cárcel “inmediatamente” si incumplen algunos de los cargos que pesan sobre ellos.
“Aunque el Tribunal reconoce que existen prácticas cuestionables dentro de la industria ballenera, no se reconoce el derecho a denunciarlas, como así garantiza el derecho internacional”, ha declarado Sato. Por su parte, Suzuki ha afirmado que esta sentencia es “totalmente desproporcionada e inmerecida”.
Además, ha afirmado que sí se seguirá trabajando para que se acabe con la caza de ballenas en el ‘Santuario de la Antártida’ y para que Japón deje de cazarlas con la supuesta excusa de la ‘caza científica’.
Durante esta investigación, los dos activistas interceptaron como prueba numerosas cajas que provenían del barco ballenero ‘Nisshin Maru’ y que contenían carne de ballena destinadas al comercio privado, iniciativa que está penalizada por la regulación del programa de “caza científica”, según informa la organización.