El hallazgo ha sido posible gracias al uso de un preciso sistema GPS polar y se ha realizado en el glaciar continental Helheim, situado al este de Groenlandia.
Algunos de los glaciares que drenan el gran manto de hielo que cubre Groenlandia son los más rápidos del mundo.
Se trata de glaciares continentales, caracterizados por tener forma de valle y por conectar la zona de acumulación de hielo directamente con el mar, una circunstancia que hace que se vean afectados por la fuerza de las mareas.
El equipo internacional ha descubierto que el flujo de hielo de uno de estos glaciares responde bruscamente a la marea oceánica tras producirse un terremoto glacial.
Al igual que el agua de los ríos fluye, el hielo de los glaciares se deforma y se desliza sobre la base a una determinada velocidad.
En el caso del Helheim, uno de los más rápidos del planeta, es la marea la encargada de modular esta dinámica: cuando la marea baja, el glaciar se acelera y cuando sube, se ralentiza.
Los científicos han observado que la respuesta del glaciar aumenta en más del cien por cien tras un sismo.
Para los investigadores, existe una relación entre los terremotos glaciales y los desprendimientos de hielo en el frente del glaciar.
Según su teoría, el terremoto se produce después de desprenderse del glaciar un bloque de hielo inestable, más alto que ancho.
“Al desprenderse, rotaría y chocaría con la cara frontal ejerciendo una fuerza de empuje sobre todo el glaciar, lo que generaría las ondas sísmicas que detectamos”, precisan los especialistas.