El aumento de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) tendrá previsiblemente un impacto sobre las temperaturas de la Tierra en los próximos 1.000 años y elevará en al menos 4 metros el nivel de las aguas del mar.
Fueron las conclusiones de un estudio publicado hoy en la revista científica “Nature”.
La investigación, dirigida por el profesor Shawn Marshall, de la Universidad de Calgary (Canadá), prevé que el calentamiento global de la atmósfera provoque un “colapso catastrófico” de la placa de hielo occidental de la Antártida en torno al año 3000.
La nada halagüeña previsión es “el mejor de los casos posible”, según el estudio, asumiendo que cese el uso de los combustibles fósiles y la emisión masiva de dióxido de carbono a la atmósfera.
La investigación, la primera que se hace con predicciones tan a largo plazo, fue realizada con programas de simulación de ordenador que exploraron los diferentes escenarios posibles en una situación de “emisión cero” de CO2 a partir de los años 2010 y 2100.
El resultado fue que las regiones del hemisferio norte saldrán mejor paradas que las del sur, aunque la proyección es que los patrones del clima en lugares como Canadá cambien por completo.
Grandes áreas del norte de África se convertirán en desiertos y el calentamiento en hasta un 5% de la temperatura de los océanos causará el colapso de la capa de hielo occidental de la Antártida, una superficie de 2,2 millones de kilómetros cuadrados, es decir, cuatro veces el tamaño de un país como España.
Marshall afirmó que “las aguas oceánicas y parte del hemisferio sur tienen una inercia mucho mayor (de calentamiento)” y que los efectos actuales del cambio climático en estas regiones a causa de las emisiones de CO2 en el último siglo son “la punta del iceberg”.
“La simulación demuestra que el calentamiento continuará antes de detenerse o ser revertido cuando tomamos 10 siglos como escala de tiempo”, explicó Marshall, quien añadió que “las corrientes de viento en el hemisferio sur también podrían tener un impacto”.