Los dispositivos que los científicos insertan en los pingüinos para rastrear sus movimientos y estudiarlos, estaría causándoles daño, e incluso acortando su vida.
Así lo indica un estudio publicado en la revista Nature, donde se indica que la tasa de supervivencia de los pingüinos rey (Aptenodytes patagonicus) con bandas metálicas en sus aletas era inferior en un 44% al de aquellos animales que no las llevaban y los primeros tenían mucho menos descendencia que los segundos.
La teoría es que las bandas de aluminio o acero inoxidable incrementan el arrastre sobre el pingüino al nadar, obligándolo a hacer más esfuerzo.
Yvon Le Maho, de la Universidad de Estrasburgo, Francia y uno de los autores de la investigación, dijo que los pingüinos estudiados lucían demacrados y avejentados.
Por eso, los estudios que ponen pulseras a los pingüinos -por ejemplo, los que estudian los efectos del calentamiento global sobre las aves-, podrían dar resultados erróneos al confundir otros cambios en la vida del pingüino con las consecuencias de la pulsera, dijeron Le Maho y su colega Claire Saraux.
Le Maho dijo que es el primer estudio que muestra las consecuencias a largo plazo de estas pulseras.
Hay un problema ético: ¿Debemos seguir colocando las pulseras a los pingüinos?, se preguntó Le Maho.
Los investigadores rastrearon a 50 pingüinos adultos con pulseras y a 50 sin pulseras durante 10 años mediante chips insertados bajo la piel. El 36% de los que no llevaban pulseras sobrevivieron durante 20 años, comparado con el 20% de las aves a las que se las habían colocado.
La vida del pingüino es de unos 20 años. La del pingüino rey, uno de los más grandes, que alcanza un metro de estatura, puede ser aún más larga dijo Le Maho.
Además, los pingüinos sin pulsera tuvieron 80 polluelos, comparado con 47 para los que llevaban pulsera.