Los investigadores han demostrado que cerrar algunas áreas de pesca en el océano ha tenido un efecto benéfico para los pingüinos del Cabo, una especie natural de Sudáfrica que se alimenta únicamente de peces y está en peligro de extinción.
Estas conclusiones se han logrado al analizar dos colonias de pingüinos en colaboración del gobierno y la industria pesquera sudafricanas.
Estos resultados fueron publicados el 10 de febrero en la página de Biology Letters.
Llamado científicamente Spheniscus demersus, es el único pingüino africano y se halla en peligro por la caída de su población en un 60% entre 2001 y 2009.
Esta disminución se puede adjudicar a la falta de comida, debido a que los bancos de sardinas y anchoas se han desplazado.
El competir con la industria pesquera sólo empeora las posibilidades del pingüino de sobrevivir.
Al notar esta crisis, la Administración Costera y Marina de Sudáfrica decidió reunirse con los pescadores y los investigadores para cerrar un radio de 20 km alrededor de la colonia de pingüinos más grande del país.
Desde enero de 2009 que ese área se mantuvo libre de pescadores y se comparó con otra colonia ubicada a 50 km que no fue aislada, para poder comparar las conductas alimentarias de estos animales.
Los científicos investigaron la conducta de 91 aves en ambas colonias, gracias a un sistema de GPS. Se les adhirieron los objetos a la parte posterior de sus cuellos que medía tanto la posición de los pájaros como el esfuerzo al que debían someterse para conseguir comida.
Los resultados asombraron: en 2008, antes de clausurarse el área de pesca, los pingüinos pescaban principalmente a unos 20 km de su colonia, cubriendo unos 150 km en dos días mientras buscaban alimento.
En 2009, a sólo tres meses de cerrar el área, el 70% de la pesca se hacía más cerca, disminuyéndose el tiempo de búsqueda de comida en un 30%.
En comparación, los pingüinos de la colonia que se mantuvo sin cerrar, tuvieron incluso más dificultades para encontrar peces que en 2008.
El experimento demostró los beneficios inmediatos de la creación de Áreas Protegidas por la Marina, para cuidar a una especie depredadora en peligro de extinción.
Además, el estudio demuestra el efecto negativo de la pesca industrial en la supervivencia de los pingüinos.
Se puede tomar esta iniciativa como un punto de inicio en el cuidado de las especies marinas y en al restoración de los ecosistemas, al comprobarse no sólo que los métodos son efectivos, sino que se pueden lograr en un período de tiempo mucho más corto del que creía.