Organizaciones de apicultores, comunidades mayas, empresarios de la miel, activistas de Greenpeace y diversas organizaciones ambientalistas, hicieron un llamado a decir NO a los transgénicos.
El compromiso, es a luchar por la protección del medio ambiente, la semilla nativa, la biodiversidad, la apicultura y la salud de las personas.
La manifestación, las personas se vistieron de blanco con las manos entrelazadas, los que en conjunto, construyeron la frase en lenguaje maya: MA-OGM (En español: NO OGM).
Con esto, los activistas mostraron su repudio por los cultivos transgénicos en México, y contra Monsanto, que en la actualidad ocupa para su cultivo importantes zonas como las ruinas de Mayapán, Kabáh, Kulubá, Izimal, Ake y Chichén Itzá; además de campos de cultivo en el estado de Campeche.
En México, la siembra de soya transgénica es una seria amenaza para la producción de miel debido a la contaminación por polen transgénico, siendo más del 90 por ciento exportado a la Unión Europea, donde los consumidores concientes de lo perjudicial de los transgénicos rechazan los alimentos. También es la más grande fuente de ingresos de las familias mayas en la Península de Yucatán.
Debido al rechazo por parte de los consumidores en Europa, el Tribunal de Justicia Europeo decidió prohibir la venta de miel que tenga polen de cultivos no autorizados y dio paso al etiquetado en caso de tener más de 0,9 por ciento de polen transgénico autorizado, lo que estaría afectando la economía del sector apícola.
Por su parte, la multinacional Monsanto, sigue solicitando hectáreas para sus cultivos, lo que lo ha llevado a conseguir más de 250 mil hectáreas para este año en la Península de Yucatán, en Chiapas y en la Planicie Huasteca.