La escalada de deforestación que el mundo ha presenciado en las últimas décadas es uno de los mayores desafíos ambientales que enfrentamos actualmente. El Día Mundial de los Bosques Tropicales, que se celebra el 22 de junio de cada año, es una oportunidad para crear conciencia sobre la urgente necesidad de proteger estos ecosistemas, que son vitales para nuestra existencia en la Tierra y constituyen una medida necesaria para prevenir futuras pandemias.
Según datos de la Universidad de Maryland, publicados en la plataforma Global Forest Watch, en 2019, el mundo perdió el área de bosque primario equivalente a un campo de fútbol cada seis segundos. El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) advierte que el 75% de todos los patógenos humanos emergentes son zoonóticos, lo que significa que son infecciones originadas en animales. Actividades como la deforestación, la fragmentación del paisaje y la invasión del hábitat aumentan el riesgo de transmisión de enfermedades. “Si queremos una mejor restauración a partir de la pandemia de COVID-19, el proceso de recuperación global deberá reconocer el vínculo íntimo entre las personas y la naturaleza”, declara el organismo de la ONU.
“Estamos destruyendo nuestros bosques y poniendo en riesgo nuestro futuro, para productos alimenticios como la carne y productos industriales hechos con aceite de palma, que no son necesarios para que tengamos una dieta saludable y equilibrada”, afirmó Diamela Covarrubias, coordinadora de Sinergia Animal en Chile.
Protagonistas de la degradación de la selva tropical
Brasil, la República Democrática del Congo, Indonesia, Bolivia, Perú, Malasia y Colombia fueron los países con más pérdida de selva tropical en 2019 (en orden). Lo común entre todos ellos es que la agricultura es el principal impulsor de la deforestación. En los países latinoamericanos, el 59% de la deforestación entre 2001 y 2018 correspondió a productos agrícolas destinados para el comercio, principalmente la producción de carne de res y soja.
El caso más preocupante en la región es la selva amazónica: uno de los bosques tropicales más grandes y ricos en términos de superficie y biodiversidad, que cubre el 25% de América del Sur. La industria ganadera es una de las principales causas de deforestación en todos los países amazónicos, ya que los ganaderos barren con grandes áreas para liberar espacio utilizado en tierras de pastoreo.
“Chile es el destino del 34.4% de la carne bovina que exporta Brasil. Nuestras dietas pueden estar contribuyendo a la pérdida de uno de los bosques tropicales más importantes en el mundo sin darnos cuenta”, declaró Covarrubias.
Grandes áreas forestales en todo el bosque amazónico también están siendo reemplazadas por cultivos de granos, como la soja, que alimentarán a los animales criados para carne, huevos y productos lácteos en todo el mundo. Alrededor de las tres cuartas partes de la soja mundial se utilizan para la alimentación animal.
En el sudeste asiático, un impresionante 80% de la deforestación entre 2001 y 2018 fue impulsado por productos agrícolas comerciales, de los cuales el más destacado es el aceite de palma. En Indonesia y otros países ecuatoriales como Malasia, la producción de aceite de palma es un importante agravante de la deforestación con la disminución de las extensiones de la selva tropical. El aceite de palma es el aceite vegetal más consumido en el planeta, que se encuentra en muchos productos industrializados que se venden en supermercados como helados, fideos, chocolate, margarina, galletas y pan.
La protección de las selvas tropicales está en nuestras manos
La importancia de los bosques es innegable no solo para prevenir nuevas pandemias, sino también para muchos otros factores que son cruciales para nuestra existencia a futuro. Aunque los bosques tropicales cubren solo el 7% de la superficie terrestre, contienen más de la mitad de las especies del mundo y se conocen como las comunidades terrestres con mayor diversidad genética en la Tierra. Proporcionan gran parte del agua dulce que bebemos, son el hogar de muchos pueblos indígenas, protegen la tierra contra inundaciones, sequías y erosión y apoyan millones de medios de vida.
Además de eso, combatir la deforestación es clave para mitigar el cambio climático. Si la deforestación tropical fuera un país, ocuparía el tercer lugar en emisiones de CO2 equivalente, un índice superado solo por China y los Estados Unidos.
“Por supuesto, las políticas públicas son esenciales en este momento crítico. Pero también está en manos de los consumidores tomar decisiones más conscientes y evitar el declive de los bosques tropicales: eliminar o al menos reducir el consumo de carne, lácteos y huevos, y evitar productos que contengan aceite de palma son algunas de las mejores formas de contribuir “, sugirió Diamela Covarrubias
La ONG internacional Sinergia Animal propone un “Desafío 21 Días Veg”, en el que los participantes reciben orientación diaria, recetas y consejos nutricionales sobre cómo cambiar a una dieta saludable y sostenible a base de plantas. La mejor parte: es gratis. La inscripción se puede realizar en: www.desafío21diasveg.com.
La organización también está llamando la atención de los gobernantes y líderes a nivel nacional para tomar medidas urgentes en la prevención de nuevas pandemias. Dentro de las propuestas se encuentran los planes para detener la deforestación. Los chilenos pueden firmar la petición en línea en: www.change.org/pandemiaschile.
Acerca de Sinergia Animal
Sinergia Animal es una organización internacional de protección animal que trabaja en países del Sur Global para reducir el sufrimiento de los animales de granja y promover elecciones alimentarias más compasivas. Somos reconocidos como una de las ONG de protección animal más efectivas del mundo por Animal Charity Evaluators (ACE).