Científicos están preocupados por el gran agujero que se está formando en el Polo Norte.
El estudio, publicado en la revista Nature, revela que la cantidad de ozono destruido en el Ártico en lo que va del año, es comparable a lo observado, algunos años atrás en la Antártida, donde un agujero en la capa de se ha ido formando cada primavera desde 1980.
Para investigar la pérdida de ozono en el Ártico, científicos de 19 instituciones de nueve países (Estados Unidos, Alemania, Países Bajos, Canadá, Rusia, Finlandia, Dinamarca, Japón y España), han analizado un amplio conjunto de medidas.
Entre las medidas, hay observaciones globales diarias de gases y nubes realizadas desde satélites, así como por globos, datos meteorológicos y modelos atmosféricos. En estas observaciones, los científicos encontraron que en determinadas altitudes el período frío en el Ártico duró 30 días más en 2011, que en pasados inviernos en el ártico, lo que condujo a una pérdida de ozono sin precedentes. Se necesitan más estudios para determinar los factores que hicieron que el período de frío durase tanto tiempo.
Gloria Manney, investigadora del Jet Propulsion Laboratory de la NASA y científica principal de esta investigación, dijo que, “sin el Protocolo de Montreal de 1989, un tratado internacional que limita la producción de sustancias que agotan la capa de ozono, los niveles de cloro ya serían tan altos que un agujero de ozono se formaría cada primavera en el Ártico”.
La larga vida de las sustancias químicas que agotan la capa de ozono y que ya se acumulan en la atmósfera significa que los agujeros de ozono de la Antártida, y la posibilidad de una futura pérdida severa de la capa de ozono del Ártico, continuarán durante décadas.