Los biólogos saben desde hace tiempo que la ecología (interacción entre los organismos y su ambiente) juega un rol significativo en la formación de nuevas especies y en modificar las actuales.
La visión tradicional es que la ecología moldea la evolución. El ambiente define un contexto para el proceso de la evolución; la selección natural después modifica a los organismos para que calcen con ese contexto.
Sin embargo, algunos estudios sugieren que los procesos evolutivos son recíprocos al moldear la ecología.
Ahora los biólogos presentan evidencia de que la ecología y la evolución son procesos interactivos recíprocos, un cambio fundamental para los científicos en el entendimiento de las relaciones entre ambos conceptos.
Los resultados aparecen en la edición online de la bitácora Procedimientos de la Academia Nacional de Ciencias.
“Al documentar esa rápida evolución adaptativa en que cada especie causa cambios en la estructura y función del ecosistema, este estudio hace una notable contribución al mezclar las teorías evolutivas y ecológicas”.
Estas declaraciones fueron emitidas por Allan Tessier, director del programa que financió la investigación en la División de Biología Ambiental de la Fundación Nacional de Ciencia.
“Nuestros resultados representan el primer paso significativo para demostrar que no se puede omitir la evolución en el estudio de la ecología” agregó David Reznick, uno de los que lideró el estudio.