Australia ha demostrado que la energía eólica es más barata que la energía a carbón, creciendo así el número de parques eólicos y disminuyendo la contaminación termoeléctrica.
Según datos comprobados por el Bloomberg New Energy Finance (BNEF) de Sydney, en el país se penaliza con altos impuestos las emisiones de carbono, mientras que las energías renovables son subvencionadas, mejorando la calidad de aire y vida en el país.
Por cada MWh eólico el costo es de unos 80 dólares australianos, mientras el MWh de una planta a carbón cuesta 143 dólares y 116 dólares la energía a gas natural.
En menos de dos años el costo de la energía eólica bajó un 10% en las grandes urbes de Australia, situación que mejorará cuando se abran más parques eólicos, cuyo costo será aún más barato.
Actualmente se está invirtiendo mucho más en energía eólica y también fotovoltaica, las que bajaron sus costos en 29% desde el 2011.
Los bancos ya no quieren financiar nuevas plantas de carbón, debido a las multas que ha recibido el negocio de las termoeléctricas y por su baja rentabilidad.