“En 100 años hubo 12 víctimas mortales por ataques de tiburón, pero en los últimos 12 meses han fallecido cinco personas”, comentó Colin Barnett, gobernador de Australia Occidental, para justificar la aprobación de un plan para capturar y matar a los tiburones que se aproximen a sus costas.
“Está claro que algo ha cambiado y tenemos que ser más cuidadosos”, añadió.
Por cierto, la idea fue reprobada por movimientos ambientalistas como Wilderness Society, que descartó como una solución efectiva el sacrificio de tiburones.