En la Antártica, la aparición de agujeros en la capa de ozono provocaron cambios en la forma en cómo se mezclan las aguas de los océanos del sur, hecho que afectaría en el cambio climático según un estudio realizado por un equipo internacional.
Los investigadores hicieron un análisis de las concentraciones oceánicas de un producto químico, que fue prohibido en la década de 1990 porque destruía la capa de ozono, rastreando el movimiento de las aguas desde la superficie hasta el interior.
En el estudio, publicado por la revista Science, mostró que las aguas superficiales se mezclan en el océano subtropical profundo a una tasa mayor que hace 20 años, mientras que lo contrario sucede para las aguas cercanas a la Antártica.
Mark Holzer, participante del estudio, indicó que el descubrimiento es consiste con el hecho de que los vientos superficiales occidentales en el Hemisferio Sur, que impulsan la ventilación de los océanos del sur, se han fortalecido en las últimas décadas. Este movimiento de las aguas superficiales en el océano profundo regula la absorción de calor oceánico, oxígeno y carbono desde la atmósfera.
El profesor Darryn Waugh, John Hopkins University, utilizó mediciones realizadas en los océanos del sur de un compuesto químico llamado clorofluorocarbono-12 o CFC-12, durante los noventa y desde mediados hasta finales de la década del 2000.
El CFC-12 fue eliminado por su alta concentración en la atmósfera en la década de 1990.