Simple y sencillo como ninguno, además de fácil de armar considerando la cantidad de sillas plegables que se encuentran en la calle y que pocos consideran “útiles”.
Pues bien, con un simple mano de pintura y un clavo puedes convertir aquella silla sin uso y tirada a la basura, en una oportuna repisa para tus libros, un colgador de ropa y por sobre todo, un buen motivo para ser felicitado por tus amigos.