Si bien gran parte de la población está consciente respecto al desastre ambiental provocado por la petrolera inglesa BP, hay otras víctimas que permanecen en silencio y sin poder alzar el vuelo hacia un destino mejor.
“La semana pasada recibimos cientos de animales de un tirón”, señala Jay Holcomb, director del Centro Internacional para la Investigación y el Rescate de Aves (IBRRC) . “Fue un verdadero lote”, añadió mientras pasea por la estación de ayuda de su organización en Hammond, en el estado de Luisiana.
La organización recientemente ha debido mudarse a otra bodega más grande, ya que se han triplicado la cantidad de aves que recibían normalmente, todo esto gracias al deplorable daño que ha causado la energética británica BP.
En cuanto a las especies que frecuentan las dependencias de la organización, hay desde grandes pelícanos hasta jóvenes gaviotas reidoras, aves que en su mayoría viven en las cercanías de la zona afectada.
Por su parte, IBRRC es categórica: más de 1.500 aves muertas por el crudo en la zona de la catástrofe ecológica hasta ahora, sobre todo en la zona de Luisiana. Y los activistas han encontrado a más de 1.600 pájaros afectados por el petróleo.
Sin embargo, al director de IBRRC y a sus cerca de 50 trabajadores les quedan todavía mucho que hacer antes de poder hablar del final de la catástrofe ecológica. “Todavía no ha acabado”, señaló Holcomb, que no puede decir hasta cuándo seguirá abierto el centro de rehabilitación de las aves. “Creemos que todavía un par de meses, seguro que todo septiembre”, sostuvo.
En total, los empleados del IBRRC han limpiado a más de 1.200 aves desde que comenzaron con sus trabajos a finales de abril. “No es mucho para una marea negra de tres meses de duración”, indica el director que, sin embargo, no quiere restar importancia a la tragedia. “No sabemos cuántas aves han muerto ni cuántas siguen estando ahí fuera embetunadas con crudo”, concluyó el activista estadounidense.