La ONU, mediante su organización de comercio de fauna salvaje, le negó a Zambia y Tanzania un permiso para vender marfil, argumentando que con ello se provocaría un alza en la caza furtiva de elefantes.
Los países solicitaron a la Convención de Comercio Internacional de Especies en Peligro (CITES), permiso para comercializar el marfil que aún guardaban en las bodegas de Gobierno.
El comercio de marfil se prohibió en 1989, pero en dos ocasiones se le permitió a países una breve ventana de comercio, sólo si han demostrado efectividad a la hora de conservar la especie.
Kenya pretendía organizar una solicitud para vetar las ventas por 20 años, pero lamentablemente recibió poco apoyo, por lo que fue retirada.
Sin embargo, las agrupaciones de conservación estaban encantadas cuando las propuestas zambana y tanzana de comercio, fueron rechazadas.
“Esta es una verdadera victoria para los elefantes “, dijo Jason Bell-Leask, director de las operaciones sudafricanas del Fondo Internacional para el Cuidado Animal.
No obstante, países que no quedaron contentos con la decisión argumentaron que el verdadero problema de los elefantes es la caza ilegal, no las ventas ocasionales.
Según Traffic, entidad que monitorea el comercio ilegal de animales, determinó que la caza y tráfico es particularmente abundante en el oeste de África, siendo varias naciones asiáticas cómplices.
Los países que menos han respetado el cuidado de los elefantes por dinero son Nigeria, Congo y Tailandia.
Traffic también determinó que de las reservas gubernamentales en las que supuestamente se iba a basar el comercio, la mitad de los colmillos no eran registrados ni se conocía su procedencia.