Según informes, el cóndor, nombrado también como buitre del Nuevo Mundo, habitó desde Venezuela hasta Tierra del Fuego. En la actualidad, los ejemplares de esta especie se concentran en la Cordillera de Los Andes, aunque se han visto algunos en sus antiguos límites, Tierra del Fuego, y en zonas de Colombia y el oeste venezolano, siempre en cantidades reducidas. Incluso, se han encontrado cóndores en el Mato Grosso.
Con una longitud que puede alcanzar los 1.20 metros y hasta tres metros de envergadura, el cóndor es considerado una de las aves más grandes del planeta. En condiciones óptimas, esta ave vive unos 50 años y la mayoría de su dieta se compone de la carroña de mamíferos grandes. Cuando no encuentra carroña, es capaz de tomar por asalto a ovejas y llamas de tamaño pequeño.
Los antepasados de los cóndores son aves de un tamaño descomunal. Hace unos 5 a 10 millones de años existió el Argentavis magnificens, con un gran cuerpo, y envergadura de 8 metros. Este coloso de los aires podía devorar una liebre en pocos instantes.
Hoy, los cóndores siguen maravillando al observador con su vuelo, utilizando las corrientes de aire para planear, igual que un alas delta, ya que el peso de su cuerpo le impide sostener el vuelo de varias horas que realiza mientras busca su presa en redadas que alcanzan los 7.000 metros de altura.