En un importante informe sobre estrategia, la milicia estadounidense presentará al Congreso los argumentos por qué consideran que el cambio climático es una fuerza desestabilizadora para la seguridad nacional e internacional del país.
La intención es dirigir al Pentágono para que incluya al calentamiento global en sus estrategias de planificación a largo plazo.
Aunque el informe no dirá explícitamente que el cambio climático cause conflictos en el futuro, sí lo considera un factor acelerador al “aumentar tensión en las instituciones militares y civiles alrededor del mundo”.
En parte, la preocupación del Pentágono se centra en el problema que nace de las misiones de ayuda humanitaria alrededor del mundo. Específicamente, de las 30 bases que tienen dispersas en el mundo que se verían en peligro si aumentara el nivel del mar.
No sólo es una gran noticia el reconocimiento del problema climático, sino que además se plantearon como objetivo disminuir las emisiones de gases de invernadero en las operaciones no-combativas en un 34% durante la próxima década.
El informe da un alivio ante una creciente decepción ante la dificultad de crear leyes en EEUU a favor de la ecología, en un momento de incertidumbre económica y alto desempleo.
La iniciativa militar se une a una leve tendencia de varios sectores de gobierno que intentan aportar a la disminución de gases nocivos para la atmósfera.
El año pasado, la CIA estableció un centro para recolectar información sobre el cambio climático y reestableció un programa de cooperación satelital con los científicos.
Los diputados estadounidenses presentaron una reforma legal a mediados de 2009 y la Agencia de Protección Ambiental planteó que regulará las emisiones de gases de invernadero por su cuenta, de no convertirse la propuesta en ley.
La administración de Obama prometió disminuir estos gases durante la polémica conferencia de Copenhagen en diciembre y en el último mes ha solicitado cooperación al senado para combatir la contaminación.
Esta iniciativa del Pentágono podría al menos ayudar a dividir las fuerzas opositoras en el senado, ya que una gran parte de los conservadores que están en contra de las iniciativas ecológicas, son los mismos que dan un gran apoyo al ejército.