La semana pasada ocurrió en costas de Brasil, un derrame de petróleo perteneciente a la petrolera estadounidense Chevron, lo que trajo consigo graves problemas ambientales, incluso peores de los que se había previsto en primera instancia.
El derrame se produjo en una zona donde suelen pasar delfines y ballenas, por lo que el impacto ambiental sería no muy auspicioso, pese a que la multinacional esté intentando sellar el pozo.
Este problema se inició debido a la perforación de un pozo a 1.200 metros de profundidad en mar brasileño.
Por otra parte, imágenes captadas por la NASA, llevan a un cálculo de aproximadamente 3.700 barriles de barriles derramados por día y no 330 como se había dicho por la Agencia Nacional de Petróleo (ANP) en un principio.
A su vez, autoridades de Brasil responsabilizan a la petrolera de todo problema y aseguran que se dará un castigo ejemplar; mientras que en puertas de oficinas de Chevron, activistas de Greenpeace derramaron tinta negra, a modo de protesta por el gran daño ambiental que estaría causando el derrame.