Se extendió a 10,05 millones de kilómetros cuadrados es el agujero de ozono sobre la Antártida, que aparece cada primavera del Hemisferio Sur, alcanzando su máximo anual.
La capa de ozono protege la superficie del planeta de la dañina radiación ultravioleta. El agotamiento de la capa de ozono determina que mayor cantidad de radiación pueda golpear la superficie terrestre, elevando el riesgo de cáncer de piel y otros efectos nocivos.
Pese a lo grande del área, el agujero de ozono, este año estuvo dentro del rango previsible, dado los niveles de sustancias químicas de origen humano que agotan el ozono y que persisten en la atmosfera, aseguró Paul Newman, científico jefe de investigación atmosférica.
El motivo sería que las temperaturas más frías que la media en la estratosfera este año causaron un agujero de ozono más grande que el promedio, puntualizó Newman.