Desde el punto de vista energético, a conceder a los nuevos desarrollos en el sector de la electricidad, toda la biomasa es una fuente renovable de materia orgánica (animales o vegetales) que se pueden utilizar para producir energía. Así como la energía hidroeléctrica y otras fuentes renovables, la biomasa es una forma indirecta de energía solar. La energía solar se convierte en energía química mediante la fotosíntesis, los procesos biológicos básicos de todos los seres vivos. Aunque gran parte del planeta carece de los bosques, la cantidad de biomasa en la tierra es alrededor de dos billones de toneladas y lo que significa alrededor de 400 toneladas por habitante. Términos de energía, esto corresponde a más de 3.000 EJ por año u ocho veces el consumo mundial de energía primaria (alrededor de 400 EJ por año) (Ramage, Scurlock, 1996).
Una gran ventaja de la biomasa es que, si bien la reducción de la eficiencia, su uso se puede hacer directamente a través de la combustión en hornos, calderas, etc. Para aumentar la eficiencia y reducir los impactos ambientales, ha desarrollado y perfeccionado las tecnologías de conversión más eficaces, tales como la gasificación y pirolisis, también son comunes los sistemas de cogeneración que utilizan biomasa como fuente de energía.
Medio y el agotamiento a largo plazo de los recursos no renovables y las presiones ambientales pueden conducir a una mayor utilización de la energía de biomasa. En la actualidad, la biomasa es cada vez más utilizada para la generación de electricidad, especialmente en co-generación y suministro de electricidad a las demandas aisladas de la red eléctrica.