Cincuenta y cuatro organizaciones ecologistas y ambientalistas se pronunciarán durante la jornada de hoy por el derecho humano al agua potable.
Más vital que el petróleo, el líquido elemento se hace cada día más propiedad de la codicia de las transnacionales. Y es que controlar el agua es controlar la vida.
A riesgo de parecer exagerado o catastrofista, Mario Planet, recordado director de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile hasta septiembre de 1973, en una clase magistral señaló ante una asombrada audiencia de sus alumnos de aquellos años que “las guerras del futuro serán por agua, no por petróleo”.
A casi 40 años de aquello, Bernardo Zentilli, presidente del directorio de Codeff (Comisión Nacional de Defensa de la Flora y la Fauna), dice recordar un concepto similar de parte de un funcionario egipcio cuando, a comienzos de los años 90, trabajó en Nairobi, Kenia, como oficial del organismo de las Naciones Unidas para la preservación de bosques y parques.
No fue casualidad por ello que, en su asamblea del 22 de diciembre de 1992, la ONU instituyera cada 22 de marzo como el Día Mundial del Agua. Y es que, en pleno Siglo XXI, las diversas ONGs del mundo calculan en más de 200 millones las personas del mundo que no tienen acceso al agua potable. Increíble, pero cierto.